EL LEGADO DE "X": LEJOS DE LISBOA

miércoles, 17 de junio de 2015

LEJOS DE LISBOA

LEJOS DE LISBOA
(Legado de una historia inacabada)

Aún dormido, acierto con timidez a desenredar el novillo en el que se han convertido mis sábanas. Y salto, y corro hacia la ventana, abriendo con violencia las persianas que encierran la oscuridad de mi refugio. La luz pronto coloniza cada rincón de mi cuarto aireando con una brisa salada el aire que respiro.  Y oleadas de recuerdos golpean mi cara que pronto muestra la añoranza de tiempos pasados, de tiempos mejores. Tiempos en los que tú, aún permanecías arraigado a cada uno de mis pensamientos.

Tantas cosas compartimos por las empinadas calles de esta ciudad extranjera. Tantas horas que ahora perdidas, nos quedaron por disfrutar por las calles de nuestro sino.

Y la añoranza se hace lágrima al recordar aquellos paseos tardíos a la orilla de aquellas aguas portuguesas. Y hoy, daría mi vida por compartir unos pocos segundos con la persona que hizo que al fin mi latir no fuera un simple asunto de supervivencia.

Y en la radio, una canción conocida, que no suena igual al no estar acompañada de tus caricias. Y aprieto la almohada sobre mi rostro, desencajado por besos que atormentan el recuerdo. Y hoy quisiera despertar cada mañana desayunando tus besos. Me gustaría sentir tus suspiros erizar mi piel al susurrar un “te quiero” a mi oído. Me gustaría volver a compartir veladas de desenfreno y pasión en esta, ahora, solitaria y fría habitación de hotel, que aquel cuatro de junio nos vio nacer como amantes. Esta habitación que el día 3 de julio nos vio morir como novios. Y es que el verano es la peor enfermedad para el amor, pues igual que te ofrece las horas más maravillosas de tu vida, también te las arrebata.

Nervioso, emocionado, reprimiendo lágrimas y aparentando endereza y frialdad, busco la corbata negra que a última hora acerté a meter en esta maleta que me hubiese gustado no haber tenido q deshacer nunca. Y entre la ropa arrugada, una foto cae fulminada hasta posarse en la roja moqueta del hotel. Mis manos, tiemblan sin control al descubrir tu rostro en aquella vieja instantánea a las orillas del Tejo. Y lloro. Lloro desconsoladamente pues el ciprés será ahora nuestro último y único paisaje de fotografía. Y el blanco se tornó negro sin darme tiempo a recordar los colores del lienzo que compartimos en un pasado no muy lejano.

Y ahora no puedo más que guardarle rencor al destino, por no haberme dejado ni si quiera, la posibilidad de darte un beso de despedida. Ahora, solo queda llorar el frío mármol y regar las flores que compartiré contigo cada vez que vuelva a Lisboa. Intentaré no hacerlo mucho. Lo siento, pero siempre fui mas débil que tu y son demasiadas las cosas que compartimos en estas calles que hoy grises, parecen gritar desconsoladas al viento. Demasiadas cosas esconde Lisboa; demasiadas cosas que me recuerdan a ti.

Y no, no puedo vivir recordándote pues tu ausencia me mata  y tu fantasma, tu sombra, me atormentaría a cada paso. Por eso hoy, no solo me despediré de ti para siempre. También lo haré de Lisboa. Pero jamás olvidaré, que en un lugar a orillas del atlántico, fui capaz de amar a un hombre en tan solo treinta días. Treinta días en los que no había imposibles e incluso la lluvia parecía caer hacia arriba.

Y descubrí que los príncipes a veces, se escapan de los cuentos y que las perdices no siempre son el postre de las historias felices.  Y hoy descubro tu aroma al volver a degustar aquella tarta de chocolate que tanto nos gustaba compartir a una única cuchara. Y me giro, y te busco entre el gentío y me escapas, me rehuyes y tan solo me queda la imagen borrosa de mis recuerdos, que harán que nunca pueda olvidar esa historia de amor que me regalaste en las calles de Lisboa.


Y al mirar por la ventanilla del avión, te imagino ondeando emocionado un pañuelo blanco. Te imagino, pues ahora ya, solo puedo imaginarte. Y la última  gota de sal se derramó en el café de catering que me ofreció una azafata mientras para mí susurraba un tímido: hasta siempre, Lisboa.

Firmado "X"


Y hoy, tiene que sonar "Lejos de Lisboa" interpretada por Pasión Vega.Espero poder ser capaz pronto de volver a caminar por las calles de Lisboa, con nostalgia, pero sin lágrimas.


No hay comentarios :

Publicar un comentario