HAY SILENCIOS QUE DUELEN MAS QUE
LAS PALABRAS
(Legado de un pasado cercano que en ocasiones, se hace cercano)
Aun recuerdo aquellas tardes, en
las que inconscientemente, te pedía un silencio. Y me gustaba cuando decidías
callarte y fundir tus labios con los míos. En aquellos momentos en los que
nuestro entorno se tomaba una pausa, el tiempo no existía y las horas parecían
segundos.
Recuerdo aquellos paseos al
atardecer jugueteando en la orilla de aquella playa solitaria mientras el sol
decidía ofrecernos más intimidad. El chapotear de nuestros pies en el agua
fresca salada mientras nuestras manos se buscaban dibujando sentimientos en el
aire.
Recuerdo aquellos besos eternos
en el sofá de la vieja buhardilla, junto al fuego bajo mientras tus brazos me
arropaban en tu pecho protector. El reflejo del fuego en tu rostro hipnotizaba
mis sentidos, y perdía la consciencia, perdía el sentido por ti.
Recuerdo esas cálidas noches de
invierno, envuelto en mis sábanas añorándote en la distancia. En la mano, un
teléfono, en mi cabeza, el recuerdo de tus labios era latente. Monopolizabas mi
mente mientras las palabras fluían a través del hilo telefónico. La distancia
era mucha, pero el eco de tu voz resonaba en mi cuarto, y te echaba de menos.
No recuerdo el momento en la que
aquella distancia se hizo eterna. No recuerdo el momento en el que los
silencios surgían sin que me tuvieras a tu lado. Antes eran mis labios los que
sellaban tu boca. Ahora aguardo una explicación a tus silencios, a tus
ausencias, a tus devaneos.
Hace tiempo que tus palabras me
abandonaron y aún no entiendo la razón de tu huida. Solo huyen los cobardes,
los insinceros y los truhanes. Pero aún me resisto a pensar que fueran falsas
tus caricias, que fueran falsas tus declaraciones, que fueran falsas tus
emociones. Me niego a creer que te mostraras ante mí con máscaras y con falsas
apariencias interpretando el papel de cortesano de blanco corcel. Se que no
eres tan buen actor como para haber engañado mis sentimientos, al menos, aún
duermo gracias a esa esperanza.
Pero tus silencios, antes
apasionados, ahora fríos como puñales punzantes, no hacen más que atormentar mi
transcurrir. Hay gente que piensa que la mejor forma de ahuyentarse del pasado
es desaparecer en cuclillas, sin hacer ruido. Piensa que el tiempo es capaz de
cicatrizar las heridas que desgarra el abandono. Pero no saben, que hay
silencios que duelen más que las palabras.
Firmado "X"
Y hoy quiero que suene " El momento más feliz" de la casa azul, esperando retomar pronto los casi nadas...
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